Es solo una historia más de una chica poco conformada consigo misma.

24/Septiembre.

No sé si soy yo o la lavadora, pero cada vez me noto la ropa más holgada. Esto no me alegra, no, porque aunque la ropa me siente más grande o la gente no pare de decirme que estoy (¿)más(?) delgada yo no lo veo. Me miro al espejo ¿y qué veo? Veo grasa por todas partes, desde los pómulos hasta los dedos de los pies. Me veo la piel cada vez con más estrías, más arrugada... Me veo horrible.
Y no sé que hacer ya con esto. Miro a mi alrededor y veo niñas bonitas, felices y bonitas, con niños bonitos cogidos de su mano. ¿Y yo qué? ¿Eh? Joder, que soy la más gorda de mi clase, joder. Y luego "Estoy más delgada..." JÁ.
Estoy harta, har-ta. De la sociedad y de mi maldita suerte de ser como soy, HARTA.


22/Septiembre.

Hice una promesa que, cada día que transcurre, me cuesta más cumplir.
"No más cicatrices, no más dolor".
Pero la gente no se percata de que, incluso sin cicatrices, el dolor existe. Es real y me acompañará hasta el fin de mis días. Hasta ese día.


20/Septiembre.

Intake:

D: Bollicao.
A: Kinder bueno.
C: Tortilla de patatas con tomate + Helado de corte.
M: -
C: Batido de chocolate y un donut.

No pido tanto, joder. No pido una vida perfecta, ni una familia mejor, tampoco pido riquezas o deseo mal a alguien para veneficiarme yo misma. Tan solo pido un cuerpo bonito, por mi bien y para los que me ven. Para evitar los insultos y para que mi 'Salud Mental' vuelva a su normalidad.


Resumen.

Caramba, llevo tantos días sin pasar por aquí que ya ni recuerdo cómo se usaba.
Bueno, lo primero, he de decir que estoy posteando desde el móvil porque hacerlo desde el PC me parece algo descarado ya que mi madre últimamente maneja demasiado bien el historial del PC. Así que no sé cómo va a quedar finalmente el post o cómo lo veréis vosotros.
En fin, en segundo lugar no sé si queréis saber lo que ha sido de mí durante estos meses en los que he estado "fuera" pero igualmente yo lo voy a intentar resumir porque lo necesito, necesito sacar fuera todo lo que tengo.
Iré por partes:
1. PESO: Este ha sido un tema bastante bipolar para mí durante estos meses; a veces me preocupaba excesivamente por mi silueta y otras veces me encontraba asaltando la cocina y devorando todo aquel alimento alto en grasas que se cruzaba en mi camino. El resultado de esto es difuso pues, según mi familia y amigos he adelgazado, pero ya sabemos todos que ellos mienten más que Pinocho a la hora de opinar sobre nuestro peso, osea que no me los creo nada. Yo, por mi parte, no puedo llegar a comprender por qué dicen eso si cada vez que me miro al espejo descubro una nueva estría o la piel cada vez más fofa. Sumado, claro está, a mi palidez por no haber pisado ni un día la playa ni la piscina y a mi cara grasosa que cada vez tiene más granitos, puntos negros, heridas y demás cosas repugnantes.
El veredicto es que sigo encontrándome mal conmigo misma e incluso me atrevo a decir que me odio mucho más que antes pues recientemente he subido de nivel en lo referente a la relación existente entre mi obesidad y el mundo: Me han insultado, me han llamado tonel, vaca de 150 kilos; se han reído de mí unos putos chavales borrachos ni más ni menos que de mi edad justo en pleno botellón... Solo me queda darle las gracias, sí, porque han sido los únicos dispuestos a ser realistas, a decirme la verdad; si bien, no de la mejor manera. Pero les doy las gracias, por muy resentida que esté con ellos. Es normal, duele que me digan la verdad pero tengo que aprender a aceptarla pues algo me dice que esto se volverá a repetir.
No, no estoy contenta conmigo misma; ni física ni moralmente.
Bueno, ya sé qie debería continuar con otros temas: familia, Víctor, instituto, 'amigos', verano, y demás, pero paso de decir que me siento como una intrusa en mi familia, que estoy defraudada conmigo misma por mis notas en primero de bachillerato, que este verano ha sido de todo menos memorable, que siento a mi novio más lejos de lo que realmente estamos, que odio a mis amigas, que cada vez que voy de compras es un reto encontrar algo que me siente bien... Creo que ea suficiente para que entendáis cómo me siento.
No espero vuestra compasión, pero sí vuestra comprensión.
Un beso y un 'Buenas noches princesa' para quién las quiera y quién sea una princesa.